Empiezas
desde el minuto cero, cuando nos dijeron que íbamos a hacer un intercambio con los chicos de
Lezo. Todos los maestros nos decían que esto nos iba a servir para aprender y
conocer cosas nuevas, y llegó el gran día, ese camino largo y extenso
acompañado de nervios para verles en persona, no se puede expresar la sensación
cuando giras las esquina y les ves a todos con sus maletas, pero lo más bonito
de todo es cuando me abracé a mi
compañera Ilargi.
Ahí
comenzó nuestra historia, y te das cuenta de cómo unas personas que has
conocido en tan poco tiempo pueden marcarte tanto.
Por
esos cinco días inolvidables y, si digo inolvidables es porque jamás había
vivido esa experiencia tan bonita y llena de sonrisas junto a ellos.
En
esa semana para mí ha sido un orgullo compartirla con vosotros, pero también ha
sido un orgullo haberos podido cantar y transmitiros un poco de mi cariño a la
hora de hacerlo.
Pasan
los días y no queríamos ni pensar en la despedida, pero llegó, esa noche de
llantos y abrazos porque no queríamos que os fueseis, y llorábamos a mares aún
sabiendo que faltan pocos días para que nos
volvamos a ver.
Cuando
se fueron llegué a mi casa y ya empecé a
notar un vacío, me faltaba algo, sí, me faltaba Ilargi, qué decir de ella, pues
es inexplicable el cariño y el aprecio que le tengo, como en tan poco tiempo se
ha ganado mi confianza día a día, por haber estado en los malos y en los buenos
momentos, y cómo detrás de la pantalla de un móvil puede sacarte la sonrisa más
brillante.
Me
doy cuenta de que somos muy parecidas, o esas tardes en las que cantábamos las
dos juntas, esas noches de charlas y algún que otro secreto, esos abrazos, esos
ataques de cosquillas o esas carcajadas interminables. Y todavía nos queda la
segunda parte, y estoy segura de que promete, de que va a ser aún mejor.
Gracias por todo, y sobre todo darte las gracias a ti, Ilargi.
Os
quiero.
De
Marta Copas para Ilargi Arrizabalaga.
Archidona-
Lezo
No hay comentarios:
Publicar un comentario