viernes, 6 de marzo de 2015

Tomate

Tomate

Había una vez una plantación en un sitio llamado Euskadi. Era muy grande y dentro del verde de las plantas, se veían unas canicas verdes colgando. La brisa que soplaba desde el mar, llegaba hasta la tomatera y parecía que se movía toda uniformemente. En esos momentos, ayudadas por la brisa, las canicas pegaban unas con otras, y una de ellas dijo:
- He llegado al mundo, estoy en una tomatera. Soy pequeña y verde pero poco a poco iré creciendo y me haré un tomate grande, fuerte y robusto. Lo conseguiré porque estoy cultivado en tierras vascas.

El tomate pequeño tenía razón. Se hará grande y fuerte pero tendrá que esperar para éso. 
Después de  unos días, me fui haciendo grande, pero algo inesperado sucedió, una plaga enorme de insectos rojos vino a comernos; el baserritarra acudió con un insecticida y me salvo de la muerte. 
En la tomatera se fueron creando  más tomates y se hicieron todos amigos.
- Continúe haciéndome más grande y grande y me cambie de color. Ahora era un tomate rojo. Nadie acudió a recolectarme y cogí tanto peso que me caí de la tomatera.
- Me fui pudriendo en el suelo y yo mismo me transformé en una tomatera.
- De mis ramas brotaron  muchos tomates que se hicieron grandes y muy gordos siempre pasaba el baserritarra y los recolectaba.
- Duré mucho tiempo hasta que llego el invierno. Mi vida estaba llegando a su fin. Mis ramas estaban pudriéndose. Pasó el baserritarra y me arrancó de raíz me metió en una hoguera junto con otras tomateras secas y le prendió fuego.
- Mis cenizas salieron por el cielo y todavía están viajando.


Xabier Garrote, 3ºB







No hay comentarios:

Publicar un comentario