A
lo largo del proceso de edificación van interviniendo distintos agentes de
construcción (sujetos de funciones diferentes y esenciales para la culminación
de la obra) de los cuales el primero siempre es el promotor. Nos preguntamos:
¿Qué es un promotor?, cuando la respuesta es tan sencilla como: la entidad que
quiere construir el edificio. Porque, claro está, siempre debe estar presente
el interesado en la construcción, ya sea la administración que espera una nueva
obra pública, o un particular que todavía no tiene casa y quiere construirla.
En cualquier caso, siempre tendrá que necesitar la ayuda de un técnico o, en
este caso, arquitecto, que supone el segundo agente. El segundo agente varía en
función de la obra a construir, ya que no necesitaremos tanto de los
conocimientos de un arquitecto como de un ingeniero agrícola para la
edificación de un vivero, o viceversa para el caso de una casa, que es lo que
nos ocupa aquí. Así, cuando técnico y promotor han intercambiado suficientes
ideas y planteamientos sobre cómo será el edificio, y ya se ha firmado un
contrato, empieza a dividirse el proceso de construcción en fases, que se
inicia con la confección de un anteproyecto.
Punto 1º.
El
técnico, siempre bajo los deseos del promotor, realiza un borrador para la obra
futura, donde, cómo no, se deben cumplir una serie de parámetros legislativos
como son los propios de los niveles nacional, autonómico, provincial y local.
En conjunto, son un compendio de leyes y ordenanzas (en el caso de las
locales), que fijan restricciones sobre aspectos como la altura del edificio,
por ejemplo, además de normas selectivas según donde se desee construir el
edificio: zona histórica, urbanizable, etc. Llegados a este punto, entra en
escena un tercer agente: la administración, que regula la base sobre la que se
determinará el proyecto.
Una vez entregado el anteproyecto finalizado a la
administración, se le dará la negativa de construcción o un “aprobado”, tras lo
cual pide el proyecto de ejecución, que no la ejecución en sí.
Punto 2º.
El proyecto ejecución no es más que el desarrollo del
anteproyecto, su definición constructiva, y en él todo es básicamente papeleo.
Contiene además datos sobre presupuestos, información de quién será el
constructor (4º agente) y un estudio de seguridad y salud, que podríamos
definir como el “desarrollo de la ejecución de la obra, teniendo en cuenta las
normas y pautas de respeto a la seguridad y salud del equipo”. Una vez
entregado el proyecto, sólo necesitamos la aprobación del Ayuntamiento, un plazo para construir y lo más importante: una
licencia. Luego solo resta que el constructor firme un contrato con el promotor
y se dé por iniciada la anhelada ejecución.
Punto 3º: ejecución.
En la edificación, terminan de aparecer los últimos agentes
de construcción, y sumados a los anteriores, obtenemos el equipo principal:
-Técnico de seguridad y salud (5º agente): se encarga de que
se respeten las medidas de prevención de daños a la salud o la seguridad de los
trabajadores.
-Aparejador (6º agente): director de la ejecución material.
Es decir, su trabajo es la comprobación de los materiales de construcción, por
eso su papel es fundamental.
-Constructor: es el jefe de la edificación, de la mano de
obra, en la que trabaja un maestro albañil, peones...
-Arquitecto: se trata del director de la obra, y se encarga
de que se desarrolle de acuerdo a lo dictado en el proyecto de ejecución y de
asumir los cambios que puedan llevarse a cabo, siempre sosteniendo la
responsabilidad última de toda la causa, de manera que si algo ilegal llegase a producirse en el
campo ya sea del técnico de seguridad y salud, el aparejador o el constructor,
él o ella tendría toda la responsabilidad de la ilegalidad y sería el primero/a
en asumir las consecuencias.
Habiendo conocido al equipo más importante, pasemos a las
fases de construcción tradicionales:
CIMENTACIÓN-Si la obra se construye sobre un
solar vacío, lo primero de todo es un movimiento de tierras que culminará en el
vertido del hormigón armado en forma de zapatas, zampeados o pilotes. Es muy
importante que se realice esta actividad con la mayor profesionalidad, pues la
estabilidad del edificio está en juego.
ESTRUCTURA-Con vigas, placas y pilares se da
forma a la estructura del edificio, se erige su “esqueleto”, que deberá
soportar toda la carga del peso de la obra en sí y sus materiales, junto a los
habitantes, las instalaciones... Usualmente en España la estructura suele ser
de hormigón y acero, siendo la de madera muy rara, aunque relativamente
frecuente en otros lugares como EE.UU., por ejemplo, donde se aprecia mejor la
calidad del producto.
CUBIERTA-Consiste en la colocación del
cubrimiento superior o tejado. Varía mucho de unas regiones a otras. Así, en
Andalucía suele ser común el uso de la teja de barro o árabe, que no resiste
tanto el peso de la nieve y cuya sujeción es poco segura, pero se usa dado el
clima seco y un mayor ahorro. Sin embargo, en Euskadi por ejemplo, las lluvias
y las nevadas son frecuentes, de ahí que se utilicen en los tejados planchas de
pizarra, mucho más resistentes, colocadas en ángulos mucho más cerrados, para
evitar que el peso de la nieve cause estragos en el edificio.
CERRAMIENTO-Montaje de puertas, ventanas,
material de aislamiento...es muy importante, ya que el cerramiento es lo que
hace habitable el edificio, lo protege de los agentes atmosféricos, crea una
sensación térmica agradable…En estos momentos el tipo de muro más extendido
para el cerramiento es el capuchino, ya que ocupa menos espacio a la hora de
pasar a las particiones. Sin embargo, la termoarcilla también está obteniendo
excelentes resultados.
PARTICIONES-A través de paredes y tabiques
se divide el interior de la obra en tantos habitáculos o estancias como se
requieran. En los últimos tiempos, dado su económico coste, suele utilizarse
más el ladrillo y, desde hace poco, aplacado de yeso.
INSTALACIONES-Se trata del conjunto de
medios para el control de necesidades básicas de los habitantes, como
fontanería, saneamiento, electricidad, climatización, últimamente domótica…
Dan, por así decirlo, las más señaladas comodidades en una vivienda.
ACABADO-Aportan las
calidades últimas del futuro hogar. Serían los alicatados, el embaldosado… No
cumplen sólo una función acomodaticia o simplemente estética, sino que cooperan
en el mantenimiento y cuidado del edificio. Por ejemplo: ¿por qué suelen
azulejarse las cocinas? Es cierto que puede proporcionar cierto ambiente
estético, pero es impensable instalar por ejemplo una encimera junto a una
pared desnuda, pues las condiciones de constante vapor, salpicaduras de aceite,
calor de la vitrocerámica...acabarían dañándola. Asimismo, resultaría
irrazonable azulejar la cubierta de una vivienda, pues lluvias, vientos,
nevadas…acabarían pasando facturas en la fachada.
Punto 4º.
Una vez finalizada la construcción, cada una de las partes
responsables de la ejecución reciben su salario, y algunas seguirán vinculadas
a la obra durante mucho tiempo después de darla por finalizada: es el caso del
arquitecto, quien tiene la responsabilidad de cualquier desperfecto en el hogar
durante los 8-9 años venideros. Como ya hemos dicho, se ha repartido su salario
a todos los trabajadores, y es en este punto cuando vuelve a aparecer la
administración, quien realiza una inspección a la vivienda antes de otorgar al
promotor la licencia de primera ocupación. Esta inspección viene de manos de un
técnico, que se cerciora de que toda la obra se haya llevado a cabo siguiendo
lo dictado en el proyecto de ejecución, y si algún cambio ha sido producido,
comprueba que el arquitecto lo dejase reflejado en el documento. Poco después,
el hogar se da de alta en electricidad, agua y redes de evacuación. Sólo
habiendo llegado a este punto, podemos dar por concluido un nuevo hogar.
Rafael Garrido Rodríguez, 3º A. I.E.S. Luis Barahona de Soto.
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