Cuando el acero no es frío al tocarlo
El jueves 7 de mayo viajaremos a Vizcaya y dentro del itinerario previsto una de las paradas estrella es la obra civil y obra de arte "El puente Vizcaya", donde arte y funcionalidad alcanzan la simbiosis perfecta. El título de esta entrada juega con los sentidos y es posible que os preguntéis cómo es posible que el acero no sea frío al tacto..... Cuando estéis allí lo sabréis.
Vuestras emociones subirán de temperatura al contemplar el puente. Detrás de este puente hay mucha historia, la de los mineros extrayendo el hierro de las minas a cielo abierto de poblaciones como La Arboleda, Ortuella y si viajaramos en el tiempo incluso del propio Bilbao; el actual barrio de Begoña, allí también había minas de hierro.
Vuestras emociones subirán de temperatura al contemplar el puente. Detrás de este puente hay mucha historia, la de los mineros extrayendo el hierro de las minas a cielo abierto de poblaciones como La Arboleda, Ortuella y si viajaramos en el tiempo incluso del propio Bilbao; el actual barrio de Begoña, allí también había minas de hierro.
El puente se halla en un punto geográfico estratégico, uniendo las dos orrillas de la ría, poniendo en contacto la margen izquierda, Portugalete y la derecha Getxo. Si miramos un poco más allá os impresionarán los altos hornos de Sestao y la belleza de las casas de la burguesía de Getxo y las de los ingenieros en Portugalete. Si miramos al mar descubrimos el puerto: Santurtzi, El Abra...
El puente es símbolo de la unión. Cerremos todos los ojos por un instante e imaginemos el gigantesco puente que todos hemos construído: el Puente Archidona - Lezo.
NOS VEMOS DENTRO DE NADA, ABRAZOS
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